Elecciones en EE. UU 2024: Trump vs Kamala… y fake news

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Ya es oficial que Donald Trump Donald Trump tomará posesión como el 47º presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero del 2025 a las 12:00 p.m. (hora del este) Sin embargo el camino hacia esta victoria no ha estado libre de escándalos y de noticias falsas en internet.

Desde rumores sobre “migrantes comiendo mascotas”, teorías conspirativas sobre el intento de asesinato contra Donald Trump, imágenes falsas de Kamala Harris trabajando en un McDonald’s, u otras más de ella vestida con trajes comunistas. Todos son parte de la desinformación (fake news) que ha navegado sin control en la campaña presidencial de Estados Unidos.

Las diferentes redes sociales, con X y TikTok a la cabeza, se convirtieron en campos de batalla en los que tanto republicanos como demócratas se han lanzado en una campaña de desinformación buscando hacerles el mayor daño posible a sus opositores. Todo esto ocurrió en medio del “boom” de la inteligencia artificial y alcanzó a todos. Situación que también ha llevado a la proliferación de imágenes falsas y a una mayor facilidad para crear estos contenidos.

Trump encontró un aliado incondicional en Elon Musk. Así, este prometió millones de dólares a los republicanos de los estados péndulo que voten por Trump y también destinó un espacio exclusivo de en X para entrevistar al nuevo presidente.

Sin embargo, más allá del favoritismo del dueño de la plataforma, de acuerdo con una denuncia de “The Washington Post”, los políticos republicanos y sus contenidos tenían mayor probabilidad de volverse virales en X. El diario analizó la interacción de más de 150,000 publicaciones desde las 50 cuentas más activas de los congresistas de ambos bandos y de los 33 que acumularon más de 20 millones de visitas prácticamente todos eran republicanos. Además, 17 de las 20 cuentas con mayor aumento de seguidores también eran miembros del Partido Republicano. 

El WP asegura que una de las razones por las que esto puede estar ocurriendo es por el cambio de la “demografía” de las personas que usan esta red. Desde que Musk la compró, muchas personas progresistas decidieron abandonar sus cuentas. Sin embargo, esta situación ha despertado preocupación entre los observadores que temen que X esté favoreciendo, de manera deliberada o no, un discurso ideológico específico.

Más allá de las acusaciones que se ciernen sobre X, preocupa que los mecanismos de verificación para contener la proliferación de contenido falso no sean efectivos. Según un informe del Centro para la Lucha contra el Odio Digital, la verificación de datos colaborativa “no logra contrarrestar las afirmaciones falsas” sobre las elecciones estadounidenses. Se trata de una función que permite a los usuarios comentar publicaciones y señalar si existe un contenido falso o engañoso en un intento de que sea la comunidad misma la que verifique los datos. El informe —citado por Reuters— muestra que de las 283 publicaciones engañosas que analizó, 209 —es decir, el 74%— no mostraron notas precisas a todos los usuarios que corrigieron afirmaciones falsas y engañosas sobre las elecciones.

Luego del asalto del Capitolio el 6 de enero de ese año, las redes sociales bloquearon las cuentas que difundieron mentiras electorales. Pero, según señala CNN, la industria de las redes “se ha alejado de muchos de los compromisos, políticas y herramientas que alguna vez adoptó para ayudar a salvaguardar la transferencia pacífica del poder democrático”. Otro punto álgido de la campaña presidencial fue cuando se produjo el intento de asesinato en contra de Trump. En ese momento hubo una ola de desinformación, teorías conspirativas y mensajes de odio.

De la mano con esta nueva realidad de las redes sociales, está el notable aumento de los contenidos falsos creados gracias a herramientas de inteligencia artificial.

Una investigación de ‘Politico’ asegura que “el fácil acceso a herramientas de inteligencia artificial” podría “provocar una oleada de falsedades con motivaciones políticas que inunden los canales de las redes sociales masivamente. Además, señala que la inteligencia artificial tiene el potencial de hacer los ciclos electorales “significativamente más” difíciles de predecir.

Sin embargo, también hace un llamado a la calma: la gran mayoría de los expertos dicen que en la actualidad todavía es fácil diferenciar las deepfakes (imágenes o videos manipulados con inteligencia artificial) de los contenidos reales. Pero aquí la diferencia generacional y la sofisticación de los mensajes engañosos siguen jugando un papel preponderante.

Factchequeado, una iniciativa colaborativa no partidista y sin fines de lucro que lucha contra la desinformación que afecta a las comunidades latinas e hispanas en Estados Unidos, señala que hasta el momento no ha habido una proliferación masiva de los deepfakes como lo alertaban muchas organizaciones antes de las elecciones de Estados Unidos.

También apunta que la mayor parte de los contenidos que contienen desinformación siguen siendo parte de lo que se denomina como ‘cheap fakes’ (o mentiras baratas), “como imágenes editadas o sacadas de contexto o títulos emotivos y engañosos que no se basan en datos”. Cuestión que no le resta impacto al contenido falso e incluso lleva a preguntarse si estamos ante una nueva fase o evolución de la desinformación que siempre se está camuflando entre las tendencias de las redes sociales.

Como en las elecciones del 2016, Rusia vuelve a estar en el foco de las fake news. Según asegura una investigación de Associated Press utilizaron una variedad de técnicas que van desde la creación de sitios web falsos hasta la difusión de contenido polarizador a través de redes sociales.

Otro país en el ojo de la tormenta sería Irán, que se ha manifestado a través de ataques cibernéticos dirigidos a colaboradores de Trump, con el objetivo de obtener información comprometedora que podría perjudicar al expresidente.

Por su parte, China ha adoptado una postura más sutil. Según el mismo reporte de Associated Press, Beijing emplearía métodos de ciber espionaje para influir en la política en niveles estatales y locales, buscando alinearse con candidatos que apoyen sus intereses geopolíticos.

The New York Times’ agrega que los tres países “están difundiendo sus esfuerzos en docenas de plataformas, desde pequeños foros donde los estadounidenses conversan sobre el clima local hasta grupos de mensajería unidos por intereses compartidos”.

En este contexto, el gran debate que se abre es sobre qué tanto influyeron estos contenidos en la decisión de los votantes estadounidenses. Varios estudios citados por Reuters Institute sugieren que su impacto puede no ser tan profundo como alertan algunos medios.

Sin embargo, la preocupación por la proliferación de estos contenidos es real. El Informe de Noticias Digitales en EE. UU. de este año sugiere que más del 70% de los usuarios de noticias en línea tenía una preocupación sobre si lo que leían era verdadero o falso, esto representa un aumento de 8 puntos con respecto al año anterior.

C.

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