Después de que los servicios de sus aplicaciones fallaran durante más de seis horas este lunes 4 de octubre, Facebook explicó la razón por la que ocurrieron estas interrupciones que dejaron a miles de millones de usuarios sin poder acceder a sus redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea.
De acuerdo con la plataforma, sus equipos de ingeniería descubrieron que cambios en la configuración en los routers troncales que coordinan el tráfico de red entre sus centros de datos (protocolo BGP) ocasionaron problemas que interrumpieron la comunicación entre estos.
“Esta irrupción del tráfico en la red tuvo un efecto en cascada en la forma en que se comunican nuestros centros de datos, lo que paralizó nuestros servicios”, difundió Facebook en un comunicado publicado este martes 5 de octubre.
Según Facebook, esta falla no sólo afectó el funcionamiento de sus aplicaciones sino que también ocasionó problemas en las herramientas y sistemas internos que utilizan en sus operaciones diarias, lo que hizo más complicado diagnosticar y resolver rápidamente la interrupción.
Así, a partir de las 10:40 de la mañana hora México, de este lunes 4 de octubre, usuarios de las aplicaciones Facebook, Whatsapp e Instagram comenzaron a reportar tanto en redes sociales como Twitter como en la plataforma Downdetector que estaban experimentando fallas en los servicios de éstas.
La falla en la operación de estos servicios se mantuvo hasta después de las 5 de la tarde, cuando comenzaron a restablecerse. Al cierre de su cotización en los mercados bursátiles, las acciones de la compañía perdieron 4.89 %.
La plataforma dijo que quería dejar claro que, hasta el momento, creía que la causa principal de esta interrupción fue un cambio defectuoso en la configuración de sus sistemas. No tenemos evidencia de que datos de usuarios se hayan visto comprometidos como resultado de este tiempo de inactividad”, dijo.
La compañía propiedad de Mark Zuckerberg pidió disculpas por las afectaciones que pudieran haber ocasionado estas afectaciones y dijo que estaba trabajando para comprender más lo que sucedió este 4 de octubre y mejorar así la resiliencia de su infraestructura.
Los Archivos de Facebook
Esta situación viene a empeorar la imagen de Facebook que recientemente atravesó una crisis de confianza muy fuerte por la filtración de los llamados “Archivos de Facebook” (Facebook Files). La publicación de estas investigaciones internas comenzaron el pasado 13 de septiembre, cuando el Wall Street Journal publicó la primera parte de la información que había recibido por parte de Frances Haugen, ex trabajadora de alto rango dentro de Facebook.
Así, se informó que tenían una investigación interna donde encontraron que “un 32% de chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram las hace sentir peor”. Un componente negativo de Instagram que contrastaba claramente con el mensaje público de Facebook, que hasta la fecha había mantenido una respuesta casi diametralmente opuesta a la del informe.
El informe mostraba el impacto de Instagram entre los adolescentes que declararon tener pensamientos suicidas, donde el 13% de los usuarios británicos y el 6% de los estadounidenses atribuyeron este deseo a Instagram. En respuesta, el equipo de Instagram explicó que siguen apoyando las conclusiones de esa investigación y demuestra su “compromiso de comprender los problemas complejos y difíciles”.
Además de no estar haciendo lo que decían públicamente, la revelación de estos documentos internos mostró otro problema dentro de Facebook: estaban haciendo rutinariamente excepciones para personas poderosas a través de un exclusivo programa conocido como XCheck. Pese a existir una serie de reglas marcadas en cuanto a desinformación, según revelan estos documentos internos, no se cumplían de igual manera para todos los usuarios y se les permitía publicar ciertas cosas controversiales a un grupo “Vip”.
Haugen, ex-directora de producto de Facebook, dió una entrevista con 60 Minutes el domingo y agregó algunos detalles internos sobre Facebook que han puesto a la compañía en el ojo del huracán. “Facebook gana más dinero cuando se consume más contenido. La gente se involucra más con cosas que provocan una reacción emocional. Y a cuanta más rabia se les expone, más interactúan y más consumen”, explica.
“Es sustancialmente peor en que todo lo que había visto antes en otras plataformas”, apunta Haugen. La red social incentiva el “contenido que enfada, polarizante y divisivo”. Según explica Haugen, los intereses de Facebook (ganar más dinero) chocaban habitualmente con lo que era bueno para el público. Estos estudios internos apuntan, según defiende Haugen, a que Facebook ha estado mintiendo sobre los avances significativos contra el odio, la violencia y la desinformación. Según un informe interno, tras todos los cambios, el odio en la plataforma se habría reducido entre un 3 y un 5%.
Hay más informes, como el que señala que los activistas antivacunas han utilizado Facebook para sembrar dudas y difundir el miedo sobre el despliegue de la vacuna COVID-19 (un estudio apunta que Facebook era consciente que el 41% de las informaciones ponían en tela de juicio la necesidad de la vacunación). La clave de fondo del nuevo escándalo es que Facebook es consciente de todo ello y, sin embargo, según Haugen, no ha hecho nada al respecto.
Otro de los capítulos de los documentos de Facebook publicados hasta ahora por el Wall Street Journal muestra un caso donde empleados avisaron que se estaban publicando mensajes en países en desarrollo sobre tráfico de personas, venta de órganos, pornografía, violencia contra minorías étnicas y drogas. Todos estos mensajes claramente prohibidos por las reglas de la propia plataforma, pero donde, según los documentos internos, la respuesta de la empresa fue en muchos casos inadecuada o nula. La compañía dispone de verificadores locales y asociaciones para mantener a los usuarios seguros, pero, según apunta Haugen, la falta de más moderadores locales en esos mercados permitió que se extendieran esas publicaciones.
El final de los archivos internos de Facebook termina en el punto en que Haugen abandona la compañía. Ella trabajaba en el área de Integridad Cívica, para luchar contra la desinformación durante las elecciones. Sin embargo, después de estas hubo un punto de inflexión y se decidió disolver este área, según explica la filtradora.
“Todos los días, nuestros equipos deben equilibrar la protección del derecho de miles de millones de personas a expresarse abiertamente con la necesidad de mantener nuestra plataforma como un lugar seguro y positivo. Continuamos realizando mejoras significativas para abordar la propagación de información errónea y contenido dañino. Sugerir que fomentamos el mal contenido y no hacemos nada simplemente no es cierto”, ha expresado en respuesta Lena Pietsch, portavoz de Facebook.
Haugen asegura que la verdadera raíz del problema con Facebook son los algoritmos implementados en 2018, que son lo que determinan lo que vemos en la plataforma. Según la ex empleada de Facebook, están, en teoría, “destinados a impulsar el compromiso”, pero la compañía “ha descubierto que el mejor compromiso es el que infunde miedo y odio en los usuarios”. “Es más fácil inspirar a la gente a la ira que a otras emociones”. Y según Haugen la ira y el miedo llevan a más tráfico y más tráfico lleva a más ingresos por publicidad.
Finalmente, cabe recordar que hoy, Frances Haugen, testificó ante los miembros del subcomité para la Protección del Consumidor y la Seguridad de los Datos del Senado para denunciar que el algoritmo de la red social es nocivo para los niños y adolescentes y que la tecnológica incide a sabiendas en esas prácticas lesivas con un único objetivo: hacer más dinero.
Esta es una raya más al tigre en la historia de los escándalos de la empresa de Mark Zuckeberg, por ahora seguiremos atentos a ver como termina es parte de la historia.
C.