Hace una semana Google dijo que dejaría de admitir cookies de terceros en los próximos dos años. Las cookies –fragmentos de código que se alojan en los navegadores de las personas y las siguen en la web– permiten a los anunciantes dirigirse a las personas con anuncios de sitios web que visitaron anteriormente y realizar un seguimiento de los anuncios que finalmente indujeron una compra. Las cookies han sido durante mucho tiempo una parte central de cómo opera la industria masiva de anuncios en línea.
La decisión de Google marca el comienzo de una nueva realidad para el marketing digital, a pesar de no ser la única compañía con una postura similar. Los navegadores Safari de Apple Inc. y Firefox de Mozilla Corp. ya bloquean las cookies de terceros, pero debido a que Chrome es utilizado por la mayoría de los usuarios de Internet, la decisión de la compañía representa un cambio importante en la industria.
Como las cookies se pueden usar para registrar la actividad del usuario, son una fuente de información tremenda para anunciantes. Y es que, cuando visitas una página web, tu navegador no crea cookies sólo de esa página, sino también de otros servidores que sirven contenido, como por ejemplo, publicidad.
Esas son las cookies “de terceros”, las que en los últimos años han estado en el centro de la polémica por la manera en la que las grandes redes de publicidad las usan para rastrear a los usuarios sin su conocimiento.
Aunque leyes como el GDPR han intentado luchar contra estas prácticas, la verdad es que el mercado no ha cambiado mucho; la única diferencia es que ahora tenemos que pulsar “acepto” cada vez que entramos en una página nueva. Es por eso que los desarrolladores de los navegadores web más usados se han centrado en solucionar este problema, ofreciendo el bloqueo de cookies de terceros.
“Nuestro objetivo es hacer de la red un sitio más privado y seguro para los internautas, a la par que damos apoyo a los anunciantes”, indicó al divulgar la decisión el director de Ingeniería de Chrome, Justin Schuh.
Para mitigar el gran impacto que el anuncio de este martes pueda tener en el mercado de la publicidad digital -que es la principal fuente de ingresos de Google-, la firma de Mountain View (California, EE.UU.) confía en su iniciativa “privacy sandbox” (arenera de privacidad), todavía en desarrollo.
Anunciada a mediados del año pasado, “privacy sandbox” tiene como objetivo crear unos estándares abiertos que mejoren la privacidad en la red, permitan a los internautas no compartir sus datos o actividades conectados en la medida de lo posible y, a la vez, sean útiles a los anunciantes para dirigirse a públicos específicos.
Google ha propuesto cambios que permitirían que el seguimiento continúe sin transmitir información personal a los anunciantes. Eso podría darle a Google más poder, cortando el uso por parte de los vendedores de valiosos flujos de datos, al mismo tiempo que se podría aumentar la privacidad en línea.
El periodo de dos años para la eliminación gradual de las cookies debería dar a los especialistas en marketing algo de tiempo para adaptarse, y la gigante de las búsquedas ha dicho que está buscando aportes de la industria mientras trabaja para encontrar formas de ayudar a respaldar la publicidad en línea en el futuro.
C.