Google, finalmente, ha comenzadoa bloquear las cookies de terceros. A partir de hoy, la compañía ha activado la primera fase: unos 30 millones de personas que usan Google Chrome han comenzado a tener deshabilitada esta característica. Se trata de una muestra del 1 % de toda su masa de usuarios y es un paso clave para la implementación definitiva a finales del año.
La empresa ha explicado que a estos primeros usuarios, elegidos al azar en todo el mundo, les aparecerá una notificación. Si formas parte de la muestra, cuando abras Google Chrome en tu computadora de escritorio o en Android, el navegador te preguntarás si quieres «navegar con más privacidad». Tendrás la opción de aceptarla o rechazarla.
Y listo. Mientras navegas por la web, las cookies de terceros estarán restringidas de forma predeterminada, lo que limitará la capacidad de distintos sitios web de rastrear tu actividad en diferentes sitios web. Si durante la prueba, Google Chrome detecta que tienes problemas para visualizar un sitio que no funciona sin cookies de terceros, te mostrará la opción para volver a habilitarlas temporalmente. La verás en el ícono del ojo, en el lado derecho de la barra de direcciones.
Ya otros navegadores, como Safari de Apple y Mozilla Firefox, incluyen opciones para bloquear cookies de terceros. Pero el impacto de que lo haga Google Chrome es incomparable: es, por mucho, el navegador más usado en el mundo. Seis de cada 10 usuarios de internet lo utilizan, de acuerdo con el análisis de StatCounter.
Es «un hito clave en nuestra iniciativa Privacy Sandbox para eliminar gradualmente las cookies de terceros para todos en la segunda mitad de 2024», explicó el año pasado Antonio Chávez, vicepresidente de pruebas sobre privacidad de Google. «Hemos creado nuevas herramientas para sitios que admiten casos de uso clave y brindamos tiempo a los desarrolladores para realizar la transición», publicó Chávez en el blog de la compañía en diciembre.
Google no pretende acabar con el negocio publicitario. La empresa ha explicado que usará nuevas herramientas que permiten un equilibrio entre la protección de la privacidad de los usuarios y seguir brindando datos a sus anunciantes para personalizar anuncios.
Google Chrome no dejará de rastrearte. Solo evitará que otras empresas accedan directamente a la información sobre tu actividad en Internet. En líneas generales, la empresa concentrará todos lo que sepa sobre tu navegación, lo analizará y clasificará. Luego, brindará a los interesados en pautar una especie de perfil de usuario general, para que los anunciantes puedan dirigir su publicidad a audiencias específicas.
La implementación definitiva de la eliminación de cookies de terceros dependerá de si los reguladores no ven allí una acción que perjudique a otras empresas. Google está bajo la lupa por implementar estrategias para sofocar a la competencia.
El año pasado se inició un juicio histórico en el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a la compañía de utilizar tácticas desleales para mantener su dominio en el mercado de las búsquedas en Internet. El veredicto se conocerá en los próximos meses.
Sobre la eliminación de las cookies en Google Chrome, está pendiente un pronunciamiento del organismo de control de la competencia del Reino Unido. La Autoridad de Mercados y Competencia en este país ha levantado una alerta porque cree que esto podría darle a los de Mountain View un poder excesivo sobre el mercado publicitario en línea.
El Departamento de Justicia y ocho estados de EE.UU. presentaron una demanda antimonopolio contra Google alegando que monopoliza el mercado de los anuncios online. Esta iniciativa judicial supone una prueba de alto riesgo de la Administración Biden en su compromiso de desmantelar la concentración de poder de Silicon Valley.
Es la segunda demanda de este tipo de las autoridades federales contra la subsidiaria de Alphabet, que durante años lleva bajo el radar por las alegaciones de auto negociación y de neutralizar a los competidores. En ese documento, presentado ante un tribunal de Virginia, se pide que se obligue a Google a vender gran parte de su conjunto de productos de tecnología publicitaria, un mercado para completar las transacciones y un servicio para mostrar los anuncios a través de internet. También reclama que el tribunal impida a la compañía que utilice las alegadas prácticas anticompetitivas.
Este es la quinta demanda anti monopolio presentado por autoridades estadounidenses contra esta empresa desde el 2020, en tanto que legisladores y reguladores en todo el mundo han intentado poner riendas al poder del las grades firmas tecnológicas sobre la información y el comercio online. En Europa, Amazon, Google, Apple y otras han afrontado investigaciones y cargos de este tipo, mientras se han aprobado nuevas leyes para limitar los daños de las redes sociales y algunas prácticas como la recopilación de datos.
“Durante 15 años, Google ha seguido una pauta de conducta anticompetitiva que le ha permitido frenar el crecimiento de los rivales tecnológicos, manipular los mecanismos de las subastas, aislarse de la competencia y forzar a los anunciantes y editores a usar sus herramientas”, afirmó Merrick Garland, fiscal general de Estados Unidos (equivalente al ministro de Justicia) al explicar la demanda en una comparecencia ante la prensa.
A lo largo de 140 páginas, las autoridades dicen que Google hizo adquisiciones para impulsar su división de publicidad, de manera que forzó a los anunciantes y editores a recurrir a sus productos en detrimento de las firmas competidoras en ese lucrativo terreno.
El Departamento de Justicia también pone la atención en algo que ha sido una espina para muchos editores: el 30% que se queda de todos los anuncios digitales colocados a través de sus intercambios. “De media, Google se guarda al menos 30 céntimos, y a veces mucho más, de cada dólar invertido por los anunciantes en las webs de los editores mediante estas herramientas”, se argumenta en la demanda.
Según sus cálculos, esto obligó a dos millones de anunciantes, incluidas partes del gobierno estadounidense, como el Ejército, a pagar precios más altos por los anuncios. En la demanda se indica que las agencias federales y los departamentos han comprado más de U$D 100 millones en publicidad online desde el 2019, lo que incluye “tarifas supracompetitivas y precios de anuncios manipulados”.
Como se estima que será un largo litigio, los fiscales solicitaron la medida extraordinaria de que un juez federal obligue a Google a separar su área de publicidad del resto de la compañía. En torno al 80% de los ingresos de la compañía proceden de su negocio de publicidad.
La agencia Bloomberg remarcó que esto supone la primera vez que el Departamento de Justicia persigue la división de una gran compañía desde 1980, cuando el gobierno desmanteló el negocio de telecomunicaciones de Bell por las alegaciones de que era un monopolio.
Solo en EE.UU. Google domina alrededor del 29% del mercado, según la firma Insider Intelligence, mientras que Meta, matriz de Facebook, controla casi el 20% y Amazon es el tercero en la publicidad online, con un 11% del mercado.
Google replicó en un comunicado que el sector publicitario cuenta con numerosos competidores y que el caso de los fiscales contra esta compañía solo propiciará que los anuncios se encarezcan.
Desde el lunes 26 de abril se encuentra disponible la nueva versión del iOS 14.5 en los iPhone. Se trata de una de las actualizaciones más importantes y más esperadas que ha hecho Apple, pues genera un punto de inflexión en el mundo de la publicidad digital, especialmente para Facebook.
Para comenzar, si el usuario ya tiene esta versión, se dará cuenta de que cada vez que ingresa a una app le aparece un aviso en el que se le pregunta si permite o no que se rastree su actividad en sitios web y apps de otras empresas como este:
Este nuevo servicio se llama App Tracking Transparency (ATT) y lo que hace es darle poder al usuario sobre su Idfa (identificador para anunciantes). Es decir que al usuario se le pregunte explícitamente si autoriza o no a una empresa a que acceda a su Idfa.
Este Idfa es utilizado por las empresas y especialistas de marketing y atribución móvil para identificar y medir las interacciones de un usuario con campañas publicitarias y sus actividades en una aplicación (de dónde viene el usuario, cómo usa la app, entre otras). Así, les permite medir cuantitativamente la efectividad de la publicidad y perfilar a los usuarios al entregarles información sobre los resultados y hallazgos de la experiencia que las personas tienen con una plataforma. A partir de esos hallazgos se toman decisiones para ofrecer una mejor experiencia al usuario y qué anuncios se le van a mostrar. mEs importante resaltar que la información que se obtiene a partir del Idfa es anónima. Es decir, las empresas no conocerán la identificación personal del usuario.
Los efectos que puede tener esta nueva actualización en el mundo de la publicidad digital aún están por conocerse. Lo cierto es que el ATT es algo que preocupa a las empresas. La semana pasada, según contó AFP, un grupo de empresas alemanas de tecnología presentó una denuncia antimonopolio contra Apple por esta función de privacidad mejorada que, según dicen, los privará de ingresos publicitarios.
La publicidad digital es una necesidad para las compañías. Y así lo dicen los números: las ventas de Facebook aumentaron en un 48 % en el primer trimestre de 2021. Los ingresos de la compañía subieron a U$D 26,200 millones. Además hubo un aumento importante en la cantidad de usuarios activos en la plataforma. Facebook reportó este trimestre 2,850 millones de usuarios activos mensuales, un aumento del 10 % más que el año pasado. Así, las restricciones a la movilidad hicieron que más personas utilicen las redes sociales por más tiempo. Un tercio de la humanidad está conectado a Facebook (2,850 millones de usuarios) y eso significa que hay mejores oportunidades para las empresas que quieren darse a conocer por medio de la publicidad digital en la red social.
En este primer trimestre, la cantidad de los anuncios que aparecen en el timeline de los usuarios aumentó en un 12%. Ese es uno de los tantos movimientos que ha hecho Facebook para potenciar sus servicios de publicidad (que ahora son 30 % más caros que antes). Que los usuarios de iPhone tengan la capacidad de aprobar o desaprobar que una app rastree su actividad en las apps de otras compañías y en sitios web representa un nuevo reto en el mundo digital. Según encuestas de la BBC, el 80 % de los usuarios solicitaría a las apps que no rastreen esos datos.
Esos datos pueden ser alarmantes para la escena de la publicidad. ¿Por qué? Porque cuantas más personas soliciten que las apps no rastreen sus datos, Facebook y los anunciantes accederán a menos información de los usuarios. Con menos datos, menores oportunidades tienen de perfilar a un usuario y eso, dependiendo de su modelo de negocio, podría llegar a afectar sus ventas.
La entrada del iOS 14.5 genera un conflicto de intereses entre Facebook y Apple. Desde que se anunció la llegada de nuevas políticas de privacidad, el fundador de Facebook advirtió que el mundo de la publicidad digital se vería gravemente afectado. Aseguró que los desarrolladores de apps podrían perder el 50 % o más de sus ingresos publicitarios.
¿Por qué Apple hace este cambio con el iOS 14.5?
Apple tiene poco interés en los datos de sus clientes porque, más que con publicidad, gana dinero vendiendo dispositivos y con las compras que los usuarios hacen a través de las aplicaciones. Además, siempre se ha promocionado como una empresa que da prioridad a la privacidad.
En 2010, el cofundador de Apple Steve Jobs reconoció que a algunas personas no les importaba la cantidad de datos que compartían, pero dijo que igualmente siempre deberían estar al tanto de cómo se estaba utilizando su información.
Desde hace algún tiempo, Tim Cook, CEO de Apple, ha enfatizado en la necesidad que tiene la empresa de ‘empoderar al usuario’ para que tenga más autoridad sobre los datos a los que acceden las empresas y las apps que utilizan y esto se ve reflejado en la última versión de su sistema operativo. Así el iOS 14.5 busca ofrecerle al usuario una mayor privacidad que antes.
Apple está aumentando los controles de privacidad en sus sistemas y el nuevo iOS 14.5 lo confirma. Su navegador Safari ya bloquea las cookies de terceros de forma predeterminada y, el año pasado, la empresa obligó a los proveedores de aplicaciones en iOS a especificar en las listas de la App Store qué datos recopilan.
Las advertencias de Facebook
Facebook advirtió que el iOS 14.5 podría reducir a la mitad el dinero obtenido a través de su red publicitaria, lo que -según afirma- tendría un impacto mayor en las empresas pequeñas.
Argumenta que compartir datos con los anunciantes es clave para brindar a los usuarios “mejores experiencias”. Como suele hacer cuando se encuentra bajo presión, Facebook ha emprendido una ofensiva de relaciones públicas. Sacó anuncios en la prensa en diciembre, en los que aparecían pequeñas compañías cuyos responsables contaban cómo sobrevivieron a la pandemia gracias a los anuncios personalizados.
En un mensaje publicado en su blog el 21 de abril, Facebook pareció aceptar los cambios y prometió “nuevas experiencias de anunciantes y protocolos de medición”. Admitió que las formas en que los anunciantes digitales recopilan y utilizan la información necesitan “evolucionar” hacia una fórmula que dependa de “menos datos”.
¿Cómo te puede afectar este cambio?
A continuación, estos son algunos puntos a considerar:
Una aplicación promedio incluye seis rastreadores de terceros que están allí únicamente para recopilar y compartir tus datos en línea, según un informe encargado por Apple.
Algunas aplicaciones solicitan acceso a más datos de los necesarios para brindar su servicio. TikTok, por ejemplo, está siendo demandado por el excomisionado para la infancia de Inglaterra por recopilar grandes cantidades de datos de menores.
La Oficina del Comisionado de Información de Reino Unido está investigando las subastas en tiempo real: el sistema utilizado para la colocación automática diaria de miles de millones de anuncios en línea específicos en páginas web y aplicaciones.
Se estima que un agente de datos (empresas que se dedican a recopilar y a comercializar información) cualquiera tiene registros de hasta 700 millones de consumidores, según la consultora Cracked Labs.
¿Existen otras formas de rastrear a las personas?
Si las empresas no pueden usar un número único de identificación de dispositivo para rastrearlo, no significa que no pueden hacerlo.
La huella digital del dispositivo combina ciertos atributos del aparato como el sistema operativo que utiliza, el tipo y la versión del navegador web y la dirección IP del dispositivo para identificarlo de manera única.
El concepto de “aprendizaje federado de cohortes” (FLoC, por sus siglas en inglés) es una idea de Google sobre cómo seguir rastreando a las personas de una manera que respete la privacidad. La idea es que un navegador habilitado con FLoC recopile información sobre los hábitos de navegación y asigne a los usuarios a grupos formados por personas con historiales de navegación similares. Cada uno compartirá una identificación que indicará sus intereses a los anunciantes.
Mozilla, Firefox y otros no son partidarios del FLoC, según The Verge. Mientras que representantes del Electronic Frontiers Foundation, que defienden la privacidad de los usuarios, aseguran que es una “idea terrible” y afirman que Google debería asegurarse de que los navegadores “funcionen para los usuarios, no para los anunciantes”.
Se viene un cambio grande en el mundo de la publicidad no solo para Facebook, sino también para Google con la pronta desaparición de las cookies, mientras tanto, a nosotros que estamos en la industria, solo nos queda estar atentos y ver cómo deberemos operar con estos nuuevos modelos dee publicidad.
Disney presentó CreativeWorks, producto de la colaboración entre Disney Advertising Sales y Translation, un proyecto del que se ha escuchado desde el CES y que ahora se materializa. Se trata de una agencia creativa que tiene como objetivo convertirse en un partner que ofrezca a las marcas y especialistas en marketing soluciones para “identificar, activar y escalar conocimientos” tanto a nivel cultural, como conceptual y, de esa forma, transformarlos en entretenimiento de marca.
De acuerdo al Blog dehttps://disneyadsales.com/disneycreativeworks/ la marca, este proyecto presenta”gran oportunidad para las marcas y nuestro objetivo es compartir nuestros conocimientos, ampliar los límites del marketing y la publicidad y atraer de manera genuina a los consumidores cuya lealtad es profunda y tienen un deseo increíble de conectarse con marcas que hablan de sus pasiones”
De esta forma, las dos agencias creativas trabajarán de la mano para trabajar con los marketers de marcas en todas las propiedades de medios de la compañía, como Disney+, ESPN, ABC, Hulu y National Geographic.
El objetivo es crear mensajes que respeten, entiendan y puedan apropiarse del contexto. Un ejemplo de ello es el spot falso de State Farm, que se produjo para The Last Dance que se transmitió a través de ESPN.
La iniciativa buscará atacar diversos mercados y poblaciones, no sólo el de habla inglesa, ya que de acuerdo con la presidenta de ventas de publicidad de Disney, Rita Ferro, existe un equipo dedicado y enfocado en el trabajo publicitario en español, aunque tendrán una especial consumidor afroamericano y latino, según refieren desdeFast Company.
Disney buscará trasminar el estilo de hacer publicidad y marketing a otras marcas, algo que puede ser atractivo para muchas, en especial aquellas que busquen anunciarse en sus medios. Cabe recordar que durante el 2019 la empresa ingresó unos 6,970 millones de dólares, según sus reportes financieros. En contraparte, toda la firma gastó alrededor de 3,000 millones de dólares en 2019 en concepto de publicidad y marketing, según diversos reportes.
En ese sentido, las marcas que busquen aparecer en sus plataformas y medios necesitarán contar con una narrativa y estética afín a los valores de Disney, algo importante ya que la empresa es considerada la tercer marca con mayor imagen y reputación entre los consumidores a nivel mundial en 2019, de acuerdo con el estudio The Global RepTrak®100 publicado por Reputation Institute.
Facebook enfrenta una nueva ola de presión para exigir mejoras en sus políticas contra los discursos de odio y división que circulan en sus plataformas. En este caso, varias marcas de renombre iniciaron un boicot publicitario, en rechazo a la manera en que estos espacios manejan los mensajes publicados.
La última gran firma en sumarse a esta iniciativa fue Coca-Cola, que anunció la suspensión de todos sus avisos en Facebook “durante al menos 30 días” a partir de julio y remarcó que “no hay lugar para el racismo en el mundo y no hay lugar para el racismo en las redes sociales”.
“Nos tomaremos este tiempo para reevaluar nuestras políticas publicitarias para determinar si se necesitan revisiones. También esperamos una mayor responsabilidad y transparencia de nuestros socios de redes sociales”, indicó James Quincey, presidente y CEO de la empresa, en un escueto comunicado.
Unilever -la multinacional de productos de consumo y propietaria de unas 400 marcas como Axe, Dove o los tés Lipton- había anunciado previamente una medida similar, pero que se extenderá hasta al menos hasta fin de año y alcanzará también a Twitter. En diálogo con el periódico The Wall Street Journal, el vicepresidente de medios globales de la compañía, Luis Di Como, señaló que “seguir publicitándonos en estas plataformas en este momento no daría valor añadido a la gente y la sociedad”. “Dada la actual polarización y las elecciones que tenemos en Estados Unidos, tiene que haber mucho más cumplimiento en el área del discurso de odio”, reclamó.
En total, más de 90 anunciantes, entre los que se incluyen Verizon, Patagonia, North Face y Honda, se han unido a este boicot publicitario, según detalla el grupo de activismo publicitario Sleeping Giants. Esta ola se da luego de que distintas organizaciones de derechos civiles llamaran a retirar las publicidades de Facebook durante el mes de julio para presionar por mejoras en el combate de los discursos de odio y desinformación.
La campaña se llama “Stop Hate for Profit” (“Alto al Odio por Lucro”) y fue iniciada por varios grupos civiles estadounidenses tras la muerte del ciudadano afroamericano George Floyd bajo custodia policial, luego de que un policía presionara su cuello con su rodilla.
La primera reacción negativa para las compañías de internet se registró en los mercados de valores. Las acciones de Facebook cerraron el viernes 26 de junio con una caída del 8% con pérdidas de 7,000 millones de dólares y las de Twitter lo hicieron con una merma del 7%.
La vicepresidenta de Soluciones Globales para clientes de Twitter, Sarah Personette, expresó en un comunicado que “somos respetuosos con las decisiones de nuestros socios y continuaremos trabajando y comunicándonos estrechamente con ellos durante este tiempo”.
“Hemos desarrollado políticas y capacidades de plataforma diseñadas para proteger y servir a la conversación pública y, como siempre, estamos comprometidos a amplificar las voces de las comunidades subrepresentadas y los grupos marginados”, añadió.
Por su parte, un vocero de Facebook destacó las inversiones que la compañía realiza en inteligencia artificial para detectar los discursos de odio, aunque admitió que “tenemos más trabajo por hacer, y continuaremos trabajando con grupos de derechos civiles y otros expertos para desarrollar aún más herramientas, tecnología y políticas para continuar esta lucha”.
En ese sentido, y en medio del boicot publicitario de grandes empresas, Mark Zuckerberg, anunció que la red social aplicará una alerta a los usuarios cuando una figura política o un usuario de relevancia publique un mensaje que viole su normativa, algo que podría afectar las publicaciones de Donald Trump.
“Empezaremos a alertar sobre estos contenidos que decidimos mantener porque son noticiosos, para que la gente sepa que este es el caso. Permitiremos que se compartan estos mensajes para que sean condenados, como hacemos con cualquier otro contenido problemático”, afirmó Zuckerberg.
Agregó que serán prohibidos los contenidos de odio en los anuncios pagados, que expresen “desprecio, rechazo o repulsión” hacia inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo o que sugieran que ciertas personas son una amenaza a la seguridad, la salud o la supervivencia de otros en base a su raza, etnia, origen nacional, religión, casta, orientación sexual, género o estatus migratorio.
Pese a estas modificaciones, las decisiones de Facebook son insuficientes para Rashad Robinson, presidente del grupo de derechos civiles Color Of Change, uno de los que lidera la campaña de boicot publicitario. “Lo que hemos visto en el discurso de hoy de Mark Zuckerberg es la incapacidad de luchar con los daños que Facebook ha causado en nuestra democracia y derechos civiles. Si esta es la respuesta que está dando a los principales anunciantes que retiran millones de dólares de la compañía, no podemos confiar en su liderazgo”, escribió en Twitter.
Hace una semana Google dijo que dejaría de admitir cookies de terceros en los próximos dos años. Las cookies –fragmentos de código que se alojan en los navegadores de las personas y las siguen en la web– permiten a los anunciantes dirigirse a las personas con anuncios de sitios web que visitaron anteriormente y realizar un seguimiento de los anuncios que finalmente indujeron una compra. Las cookies han sido durante mucho tiempo una parte central de cómo opera la industria masiva de anuncios en línea.
La decisión de Google marca el comienzo de una nueva realidad para el marketing digital, a pesar de no ser la única compañía con una postura similar. Los navegadores Safari de Apple Inc. y Firefox de Mozilla Corp. ya bloquean las cookies de terceros, pero debido a que Chrome es utilizado por la mayoría de los usuarios de Internet, la decisión de la compañía representa un cambio importante en la industria.
Como las cookies se pueden usar para registrar la actividad del usuario, son una fuente de información tremenda para anunciantes. Y es que, cuando visitas una página web, tu navegador no crea cookies sólo de esa página, sino también de otros servidores que sirven contenido, como por ejemplo, publicidad.
Esas son las cookies “de terceros”, las que en los últimos años han estado en el centro de la polémica por la manera en la que las grandes redes de publicidad las usan para rastrear a los usuarios sin su conocimiento.
Aunque leyes como el GDPR han intentado luchar contra estas prácticas, la verdad es que el mercado no ha cambiado mucho; la única diferencia es que ahora tenemos que pulsar “acepto” cada vez que entramos en una página nueva. Es por eso que los desarrolladores de los navegadores web más usados se han centrado en solucionar este problema, ofreciendo el bloqueo de cookies de terceros.
“Nuestro objetivo es hacer de la red un sitio más privado y seguro para los internautas, a la par que damos apoyo a los anunciantes”, indicó al divulgar la decisión el director de Ingeniería de Chrome, Justin Schuh.
Para mitigar el gran impacto que el anuncio de este martes pueda tener en el mercado de la publicidad digital -que es la principal fuente de ingresos de Google-, la firma de Mountain View (California, EE.UU.) confía en su iniciativa “privacy sandbox” (arenera de privacidad), todavía en desarrollo.
Anunciada a mediados del año pasado, “privacy sandbox” tiene como objetivo crear unos estándares abiertos que mejoren la privacidad en la red, permitan a los internautas no compartir sus datos o actividades conectados en la medida de lo posible y, a la vez, sean útiles a los anunciantes para dirigirse a públicos específicos.
Google ha propuesto cambios que permitirían que el seguimiento continúe sin transmitir información personal a los anunciantes. Eso podría darle a Google más poder, cortando el uso por parte de los vendedores de valiosos flujos de datos, al mismo tiempo que se podría aumentar la privacidad en línea.
El periodo de dos años para la eliminación gradual de las cookies debería dar a los especialistas en marketing algo de tiempo para adaptarse, y la gigante de las búsquedas ha dicho que está buscando aportes de la industria mientras trabaja para encontrar formas de ayudar a respaldar la publicidad en línea en el futuro.
La semana pasada, Facebook presentó sus resultados financieros correspondientes al segundo trimestre del año, dando a conocer unos datos que provocaron la caída de la acción en bolsa más de 20 % tras el cierre del mercado. Por primera vez desde el año 2015, la empresa de Mark Zuckerberg no conseguía cumplir con los objetivos esperados por los analistas. A pesar de presentar unos ingresos que han aumentado un 42 % respecto al mismo periodo del año pasado equivalente a U$D 13,230 millones de dólares, los analistas esperaban US$13,330 millones. Por su parte el jueves caían un 18.96% por un dinamismo menor al esperado, lo que redujo en un día más de U$D 120,000 millones de dólares de su capitalización bursátil y casi U$D 15,000 millones de dólares de la fortuna de su CEO y fundador. Los papeles de Twitter, por su parte, perdieron 20.54% durante el viernes.
De esta manera, Facebook no consigue aumentar el número de usuarios diarios ni mensuales en Estados Unidos y Canadá, que mantienen las cifras de 185 y 241 millones respectivamente. Una situación especialmente preocupante si se tiene en cuenta que son estos territorios donde consigue hacer más dinero por usuario. Por su parte, en Europa, el número de usuarios mensuales activos desciende un millón, hasta los 376 millones, y el de los diarios hace lo propio pero aumentando la caída hasta los 3 millones, dejando a la red social con 279. Entre las razones, según han confirmado desde la compañía, se encuentra la nueva regulación de protección de datos europea.
Hoy, lunes 30 de julio, los resultados siguieron impactando a Facebook. Así, abrieron esta mañana a la baja. A las 9:30 de la mañana hora mexicana caían, 3.70%, para cotizarse en U$D 168.42, mientras que los de Twitter se desplomaban 5.15%, para cotizarse en U$D 32.38.
Desde que el pasado 18 de marzo se conociera la filtración de datos personales de millones de sus usuarios a la consultora Cambridge Analytica, Facebook ha visto cuestionada gravemente su manera de proteger la privacidad de sus perfiles.
El fundador de la red social, Mark Zuckerberg, compareció ante el Congreso y el Parlamento Europeo para dar explicaciones y frenar la ola de críticas a Facebook en todo el mundo, que no solo señalaron sus fallos a la hora de proteger la privacidad sino también su papel clave en la difusión a gran escala de bulos o noticias falsas.
El analista Richard Windsor dijo en su blog de Radio Free Mobile, que nadie debería sorprenderse del panorama de Facebook. “Cuando una empresa alcanza ese porte, se le hace cada vez más difícil crecer a tasas tan altas”, escribió Windsor. Agregó que tras haber descubierto los límites de la inteligencia artificial, Facebook está obligada a contratar gente para tareas como la de filtrar contenidos inapropiados.
Desde que se destapara el escándalo de las noticias falsas y Facebook fuera citado por el Senado para ver su papel en las elecciones de Estados Unidos, la red social fundada por Mark Zuckeberg ha estado bajo el ojo de la tormenta por temas de seguridad y falta de credibilidad. Así a mediados de marzo el precio de las acciones cayó un 7%, borrando cerca de US$30,000 millones de su valor en el mercado y provocando una caída de casi un 2 % del sector de tecnología del índice S&P 500.
Desde que se iniciara la investigación en la que se argumenta que diversas fuentes desde Rusia generaron contenido y manipularon usuarios para influenciar la elección presidencial de 2016, el nombre de Cambridge Analytica ha sido uno de los más mencionados. Así, The New York Times y el periódico The British Observer informaron que la firma de análisis político Cambridge Analytica había recolectado datos privados de más de 50 millones de usuarios de Facebook para apoyar la campaña de las elecciones presidenciales de Trump en 2016 ya que el equipo del ahora presidente había pagado campañas específicas para influenciar a votantes potenciales en función de sus likes y de sus amistades . Facebook dijo que los datos habían sido mal utilizados pero no robados, porque los usuarios dieron su permiso.
Así, según “Cambrigde Analytica files” relevados por Christopher Wylie, más de 50 millones de perfiles de Facebook fueron recolectados para acabar configurando perfiles psicológicos que luego serían vitales para orquestar campañas políticas: mensajes específicamente diseñados para ciertas audiencias que acabarían influyendo en el voto final.
Cambridge Analytica pudo obtener tanta información de Facebook, en gran medida, porque Facebook no había protegido lo suficiente los datos de sus usuarios. El simple permiso a una aplicación abría las compuertas a la información de usuarios asociados (“amigos”). Pese a que la compañía es reacia a bautizarlo como tal, se parece tanto en fondo como en forma a una “brecha” en la seguridad y en la protección de datos.
The Cambridge Analytica Files
Una docena de likes en Facebook. Eso es lo que necesita un algoritmo para saber con bastante probabilidad si eres hombre o mujer, si tus padres acabaron divorciándose cuando eras joven o incluso si eres más o menos afín a ciertas ideas políticas. Según el diario The Guardian existen una serie de documentos filtrados que demuestran cómo esta empresa logró dotar al partido de Trump de una herramienta electoral mediante campañas publicitarias que pudo ser vital para que ganara las elecciones a finales de 2016.
Christopher Wylie, el genio detrás de toda esta maquinaria dejó el colegio a los 16 y empezó a trabajar para partidos políticos con una orientación clara: la de las campañas electorales y cómo los datos permitían dirigir mejor esas campañas. Las llamadas “operaciones psicológicas” a las que se dedica Cambridge Analytica tienen como objetivo hacer cambiar de opinión a la gente e influirla no mediante persuasión, sino mediante “dominio informativo”. Así se especializa en las llamadas “operaciones psicológicas” (psyops), cuyo objetivo no era otro que el de hacer cambiar de opinión a la gente e influirla no mediante persuasión, sino mediante “dominio informativo”; un conjunto de técnicas entre las que se encontraban la difusión de rumores, desinformación y noticias falsas. Aquellos métodos habían sido utilizados en más de 200 procesos electorales sobre todo en democracias poco desarrolladas, pero con Wylie al frente aquello daría el salto a otro nivel mucho mayor. La victoria electoral de Trump en 2016 ha sido percibida como el mayor logro de este colectivo.
Cambridge Analytica gastó 7 millones de dólares en amasar esos datos, de los cuales un millón fueron invertidos en GSR. O para dejarlo claro, en recolectar información de perfiles de Facebook e influir en la población estadounidense ayudando así al partido republicano a ganar las elecciones dos años después. Se creó una empresa llamada Global Science Research (GSR) para dicho fin, y en los recibos filtrados ahora por Wylie se demuestra que Cambridge Analytica invirtió un millón de U$D en esta empresa. O para dejarlo claro, en recolectar información de perfiles de Facebook. Así, pagó campañas de publicidad en Faceboook para que los usuarios se animaran a rellenar un test de personalidad con una aplicación específica diseñada para este propósito en ThisIsMyDigitalLife.
Esa aplicación pedía permiso a esos usuarios para acceder tanto a sus perfiles como a los de sus contactos. Ahí estaba el verdadero secreto de la herramienta, que acabó “atrapando” los perfiles nativos de 320,000 usuarios. El problema es que de media esos usuarios tenían a su vez 160 contactos cuyos perfiles, sin saberlo, estaban disponibles para Cambridge Analytica. Así, en apenas 2 o 3 meses el proceso hizo que la empresa contase con los perfiles de “unos 50 o 60 millones” de perfiles de Facebook, una cantidad de información asombrosa que acabó dando como resultado modelos y algoritmos con los que nutrir campañas electorales específicas.
Los datos recolectados y sobre todo los algoritmos creados a partir de esos datos convierten su servicio en una forma inquietante de influir en todo tipo de personas y colectivos. En Estados Unidos se han iniciado las investigaciones al respecto con la FTC como protagonista, pero incluso la Comisión Electoral del Reino Unido está también realizando una investigación sobre Cambridge Analytica y Facebook para saber si este tipo de procesos tuvieron también influencia en el referéndum sobre el Brexit. The Guardian ya publicó un reportaje al respecto en mayo de 2017 y ahora queda por saber si estos datos, algoritmos y servicios fueron utilizados en otros procesos electorales recientes.
Una campaña bautizada #DeleteFacebook está invitando a los usuarios de todo el mundo a desinstalar la aplicación. Los medios anglosajones ya han publicado sus respectivos manuales para que deniegues los permisos a todas las aplicaciones externas. Es una tormenta mediática perfecta.
Los usuarios tienen motivos para estar alerta. Los políticos, por su parte, han olido sangre: Facebook lleva años tratando de escapar cualquier tipo de regulación que controle sus movimientos. El presidente del Europarlamento, Antonio Tajani, ya ha utilizado el escándalo para insertar la idea de una “regulación” en la agenda. Zuckerberg está en problemas y los medios de comunicación se encuentra en un continuo cuestionamiento sobre el comportamiento de la red social más popular del mundo.
Fuente de elaboración del artículo: https://www.theguardian.com/news/series/cambridge-analytica-files
Twitter comenzó a notificar a los usuarios que hayan contratado su servicio de publicidad en el pasado para anunciarles acerca de su nuevo programa de suscripción. Lo que les propone la red social es una alternativa a la contratación puntual de anuncios. Así, en vez de configurar independientemente una publicidad, el usuario podrá pagar una tarifa fija de U$D 99 y, a cambio, todo su contenido se amplificará para llegarle a más personas. Para poder probar el nuevo producto, durante los primeros 30 días de promoción no tendrán costo para el usuario y podrá cancelarlo en cualquier momento antes de que termine este período sin pagar.
En esencia, lo que proponen es una especie de tarifa plana como alternativa a la contratación puntual de anuncios. En vez de tener que configurar campañas publicitarias independientes, pagas lo que te corresponde y a cambio todo lo que escribas se amplificará para llegarle a más personas.
Las notas que Twitter le ha empezado a enviar a algunos usuarios también especifican que una vez suscritos, en cinco días hábiles empezarán a promocionar tus tuits automáticamente. También te ofrecerán información periódica sobre a cuánta gente le has llegado, las impresiones o el número de nuevos usuarios.
Esta alternativa está dirigida a las empresas que suelan utilizar de manera recurrente el sistema de anuncios de Twitter. El programa aún está en fase de pruebas, y su público objetivo está enfocado en pequeños y medianos negocios para que puedan tratar de mejorar su visibilidad.
Lo que queda por ver, y quizá es la mayor preocupación que puede surgir al leer sobre este proyecto, es en qué medida va a afectar este programa al resto de usuarios. Así, las personas o negocios que no utilicen este servicio también se verán afectados en el sentido de que podrían empezar a ver más contenido promocionado.
Hace algún tiempo que Twitter viene en capa caída y a pesar de los diversos cambios y nuevos productos el pajarito no levanta vuelo. Así, el número de seguidores de la plataforma se ha estancado y sus acciones han caído en 13%.
Según los resultados financieros de su último informe fiscal, la red social tiene la misma cantidad de usuarios activos que hace tres meses (320 millones al mes), algo que la compañía llevaba tiempo intentando evitar con una serie de cambios que no lograron el éxito esperado.
Pero, además, a la empresa de Jack Dorsey le ha surgido un fuerte competidor: Se llama Mastodon y viene pisando fuerte. “Mastodon es una red social gratuita y abierta. Una alternativa descentralizada a las plataformas comerciales”, se lee en el sitio web. Agrega que se puede elegir el servidor que el usuario desee e interactuar con todo el mundo. “Menos publicidad, más privacidad”.
Así, tiene muchas similitudes con Twitter pero también muchas diferencias:
Timeline (muro) cronológico y público
500 caracteres por publicación
Posibilidad de enviar GIFs animados y videos cortos
Opciones de privacidad
Herramientas de bloqueo y silenciamiento
Diseño ético: sin avisos publicitarios ni rastreo
Abierto para aplicaciones y servicios
La red fue creada por el desarrollador de software alemán Eugen Rochko. Así, decidió dar vida a su proyecto cuando Twitter instaló un nuevo algoritmo que impedía que los tuits se sucedieran en orden cronológico, algo que definía la naturaleza de la aplicación.
La red social de este joven alemán todavía está muy lejos de superar los tres centenares de usuarios en Twitter, pero parece que ha comenzado con buen pie.
El 31 de marzo, Rochko publicó un mensaje en la plataforma de microblogging Medium en el que explicaba cómo era su nueva plataforma. En apenas 48 horas, su número de usuarios aumentó un 73%: ya son más de 41.000 (y sigue creciendo) y más de un millón de entradas.
“La interfaz (de Mastodon) recuerda a la aplicación TweetDeck y se pueden escribir historias cortas”. Una de las principales diferencias con Twitter es es que los usuarios están distribuidos en comunidades independientes y diferentes, aunque permanecen unidos en su capacidad para interactuar entre ellos y establecer conexiones”. Una de ellas es mastodon.social. Pero hay muchas más, y funcionan como punto de entrada, con un nombre de usuario único.
Otra diferencia, según el informático, es que es un software libre y de código abierto, lo cual, según Rochko, se traduce en “libertad del usuario”, no en el valor de la aplicación. Por último, su límite de 500 caracteres (frente a los 140 de Twitter) “permiten conversaciones más matizadas y menos ‘tweetstorming’”